Anna Quindlen en Newsweek presenta un interesante artículo a raíz de la elección de Obama como presidente de los EE.UU. Ella reflexiona sobre el duro camino que ha sido necesario recorrer hasta llegar a este momento histórico introduciendo la perspectiva de género en su visión.
Quindlen comienza con algo que va más allá de una mera anécdota. Unos escolares presenciaban los actos del 159 cumpleaños de Roosevelt y un chico preguntó: “¿Era negro?”.
Según ella que el hecho de que Barack Obama haya sido elegido el primer presidente negro es algo cuyo significado dentro de EE.UU es imposible de dilucidar para una nación que es más que un concepto.
Par ver el documento:
http://www.newsweek.com/id/167571/output/print
Obama es mulato, no obstante, ha evitado hablar de la étnia, del color de la piel, de los estereotipos. Como diría Toni Morrison, ¿qué importa el color?. Y ha conseguido que este no haya sido el factor por excelencia para que los norteamericanos hayan reventado las urnas y no precisamente a tiros.
El colonialismo europeo comenzó la era de la discriminación. La Declaración de la Independencia estipula que todos los hombres son iguales. Esto sirvió para negar sus derechos a las mujeres. Sin embargo, como se puede imaginar, esta injusticia creció sin límites con el trato a los hombres y mujeres de color. Basta con recordar los linchamientos, vejaciones, palizas, violaciones,…y no hablemos ya de derechos.
Primero, el sistema esclavista, la Reconstrucción,… Parece que ha pasado mucho tiempo de esto pero la perspectiva histórica de treinta o cuarenta años nos indica que fue ayer. Prácticamente cuando yo nací aún se practicaban estas políticas que pretendieron enmascarar con falsas promesas el entendimiento de una igualdad real y de iguales oportunidades. La pobreza sistemática, la ruptura de familias enteras, los intentos por eliminar al “otro” son alguno de los hechos que se han seguido perpetrando bajo los ecos de la abolida Jim Crow.
Algunos piensan que será un presidente simbólico o que es inexperto, ¿alguien conoce a algún otro que la primera vez que fue elegido tuviera experiencia?. Otros creen que con su elección el racismo se ha olvidado, se ha superado,…y alguno habrá que piense que no ha pasado. Desde luego que hay que esperar al desarrollo de las políticas que ha planteado, pero habrá también que entender que ya comienza a remar a contra corriente gracias a la situación que le ha dejado George Bush.
Imagino cuántas cosas estarían pasando por la cabeza del Reverendo Jesse Jackson cuando lo enfocaron con lágrimas en los ojos: Martin Luther King, Rosa Parks…y miles de otros anónimos pertenecientes a distintas generaciones.
Pero Obama se ha convertido en mucho más que el presidente de EE.UU. Es el presidente del mundo. La esperanza y el cambio que ha predicado en sus discursos han calado en la gente por encima de las fronteras. Las imágenes y las fotos de la victoria del demócrata recuerdan más al entusiasmo de una final de Champions o de Superbowl que a una noche electoral. Una reacción en cadena que llenó de felicidad a millones de personas de todo el planeta. Esperemos que a ningún loco se le ocurra detener al pacificador de la misma manera que a Kennedy.
¡Qué suerte haber tenido oportunidad de vivir este momento histórico!. Increíble, alucinante,…multiorgásmico.
Quindlen comienza con algo que va más allá de una mera anécdota. Unos escolares presenciaban los actos del 159 cumpleaños de Roosevelt y un chico preguntó: “¿Era negro?”.
Según ella que el hecho de que Barack Obama haya sido elegido el primer presidente negro es algo cuyo significado dentro de EE.UU es imposible de dilucidar para una nación que es más que un concepto.
Par ver el documento:
http://www.newsweek.com/id/167571/output/print
Obama es mulato, no obstante, ha evitado hablar de la étnia, del color de la piel, de los estereotipos. Como diría Toni Morrison, ¿qué importa el color?. Y ha conseguido que este no haya sido el factor por excelencia para que los norteamericanos hayan reventado las urnas y no precisamente a tiros.
El colonialismo europeo comenzó la era de la discriminación. La Declaración de la Independencia estipula que todos los hombres son iguales. Esto sirvió para negar sus derechos a las mujeres. Sin embargo, como se puede imaginar, esta injusticia creció sin límites con el trato a los hombres y mujeres de color. Basta con recordar los linchamientos, vejaciones, palizas, violaciones,…y no hablemos ya de derechos.
Primero, el sistema esclavista, la Reconstrucción,… Parece que ha pasado mucho tiempo de esto pero la perspectiva histórica de treinta o cuarenta años nos indica que fue ayer. Prácticamente cuando yo nací aún se practicaban estas políticas que pretendieron enmascarar con falsas promesas el entendimiento de una igualdad real y de iguales oportunidades. La pobreza sistemática, la ruptura de familias enteras, los intentos por eliminar al “otro” son alguno de los hechos que se han seguido perpetrando bajo los ecos de la abolida Jim Crow.
Algunos piensan que será un presidente simbólico o que es inexperto, ¿alguien conoce a algún otro que la primera vez que fue elegido tuviera experiencia?. Otros creen que con su elección el racismo se ha olvidado, se ha superado,…y alguno habrá que piense que no ha pasado. Desde luego que hay que esperar al desarrollo de las políticas que ha planteado, pero habrá también que entender que ya comienza a remar a contra corriente gracias a la situación que le ha dejado George Bush.
Imagino cuántas cosas estarían pasando por la cabeza del Reverendo Jesse Jackson cuando lo enfocaron con lágrimas en los ojos: Martin Luther King, Rosa Parks…y miles de otros anónimos pertenecientes a distintas generaciones.
Pero Obama se ha convertido en mucho más que el presidente de EE.UU. Es el presidente del mundo. La esperanza y el cambio que ha predicado en sus discursos han calado en la gente por encima de las fronteras. Las imágenes y las fotos de la victoria del demócrata recuerdan más al entusiasmo de una final de Champions o de Superbowl que a una noche electoral. Una reacción en cadena que llenó de felicidad a millones de personas de todo el planeta. Esperemos que a ningún loco se le ocurra detener al pacificador de la misma manera que a Kennedy.
¡Qué suerte haber tenido oportunidad de vivir este momento histórico!. Increíble, alucinante,…multiorgásmico.
